Pisa mi alma las eras otoñales
De días sin sol y de tardes sin luna
Días de olores a rosas, jazmines y azucenas
De espinas, que remueven dolores y olvido
Solo entre juncos de esteras y grandes chapatales.
Que, si ya no puedo más que romper el silencio
De péndulos colgados en mis claros otoños
Ya mis arrugadas, temblorosas y cansadas manos
Solo saben decir adiós a los recuerdos
Y escribir las experiencias de mis años vividos.
Miro dilucidando el tiempo en crepúsculo encendido
Queriendo detener el tiempo en mis años de juveniles
De Los que tengo recuerdos llenos de ratos febriles
De amores, de la esperanza de tambores bullarinos
Y de mis días otoñales claros como luz sublime.