Ayer hacías dedo por allí
para encontrarte sola
y fuiste muy lejos así
para perderte de todos
los que te querían ver.
Ayer tus dedos
se durmieron por allí
en cualquier calle,
en un poema
o en alguna pared tan gris.
Tan sola apoyándote
en mi espalda
fingiendo a sentirte bien...
Y hoy te escapas de la nada
rodeándote de todos
y tantas caras
que no me puedes ver.
Yo recuerdo aquellos días
en que me dibujabas,
sola,
algo perdida,
pensando solo en mi.