El vaivén embelesado
De silueta esplendorosa,
Deja al hombre enamorado
Como el polen a la rosa,
Y ese cuerpo, que ha gustado
A una mente silenciosa
En quimera, está guardado
Con lujuria fantasiosa
Nace idea irreverente
Con deseo muy furtivo,
Apetito es permanente
Y se encuentra pensativo,
La visión no es suficiente,
Falta un verbo que prohíbo,
El palpar se torna ardiente
En su libido, excesivo
La templanza inmoderada
De aquel débil organismo,
Anda tibia y abrasada
Con sudores de erotismo,
La pasión fue despertada
En endeble nerviosismo,
Muta idea reservada
En un diantre de eufemismo
El impulso que se abstiene
Sufre interno, confundido
El pecado se mantiene
En impúdico sentido,
La razón ya no interviene
Mas instinto, es combatido,
Frustración está perenne
En pudor incomprendido
La rugiente confidencia
Es secreto camuflado,
La aparente indiferencia
Muestra un rostro avergonzado,
Se preserva resistencia
Por semblante que ha cambiado,
Y se expone en inocencia
Con un gesto descarado
Se estimula el pensamiento
Con premura seductora,
Se derrite el sentimiento
En un ser que se enamora,
El cerebro está contento
En caricia soñadora,
Llega al clímax con tormento
Y a sí mismo, se devora…