nelida anderson parini

SIMÓN EL CONQUISTADOR.

Sentado estaba  Simón

sobre un árbol de guayaba

animado apuntalaba

un diminuto carbón;

sobre un pequeño cartón

versos de amor escribía

que luego le llevaría

con una flor a su amada,

estrategia bien pensada

buena impresión lograría.

 

Pensó que su poesía

la dejaría encantada

y una vez entusiasmada

su corazón ganaría;

todo fácil parecía

y ya estaba bien tramado

el poeta entusiasmado

creyose era pan comido,

más se sintió confundido

pues poema no ha logrado.

 

Pese a todo lo intentado

ni inspirase ha conseguido

esquivo verso perdido

rehúye desaforado;

las palabras se han tornado

manchas de negro carbón

repujado está el cartón

de zurcidos garabatos,

que de tantos arrebatos

quedó sucio cual limpión.

 

Con cada intento fallido

 más se abrumaba Simón

y aquel bendito cartón

 por mil borrones  mullido…

Con pensamiento aturdido

en tan cruel predicación

rebuscaba inspiración

en fragancias y colores;

queriendo versar amores

desde profunda emoción.

 

Una avecilla curiosa

que en el guayabo anidaba

atenta a Simón miraba

en su tarea afanosa:

-Ha de ser labor tediosa

hallar palabra concisa,

que el sentimiento precisa

para expresar en razón

lo que siente el corazón

siendo inspiración omisa.

 

Con sus cantos meditaba

cómo aquel pobre poeta

ya en el cartón hizo grieta

por donde el verso drenaba…

Mientras Simón intentaba

coronar su dulce empeño,

con penoso desempeño

garabatea ilusiones

y en medio de frustraciones

buscaba salvar su sueño.

 

 

Logrando verso pequeño

suspira alegre el poeta

tras ver estrofa completa

torna semblante en risueño:

“Mujer con rostro de ensueño

luz radiante en mi mañana

vengo yo hasta tu ventana

con flor y verso sentido,

 pongo corazón rendido

a tus pies mujer galana.”

 

“Si de sus labios bebiera

mas flores  le traería

un jardín le plantaría

detrás de la chayotera…

Si usted me correspondiera

los ojos yo le besara

para que en nadie posara

esos ojitos de estrella.

¡Qué no haría mujer bella

pa que usted a mi me amara!”