Salir de ti, volver a ti, en un constante ir y venir de mis deseos.
Siempre al encuentro de lo que no conozco
Pero que tu tienes ahí, donde mejor me siento.
Amplificar caricias anhelantes dejándoles expuestas a ese brillo
que corta de parte a parte tu cuerpo.
Venir, subir, caer, buscar, encontrar rutas que aunque no tan nuevas
siempre permitan al estar contigo explorar lo mejor de nuestros cuerpos.
Saber que estás ahí, que lees mis textos,
que te gustan un poco o quizá mucho
por lo que se parecen a ti,
a tu forma de ser y de sentir.
Yo se que vibras, porque lo presiento,
y aquel calor oscuro que te penetra es el mismo que yo siento.
Tu allá, y yo aquí,
somos a través de los hilos que nos comunican,
un manojo de deseos, que no los ves,
pero que están ahí.
Siempre al acecho de tus gestos,
de mis letras tan llenas de emoción
y de caricias contenidas.
Me gusta que te guste lo que hago aunque estemos muy lejos
en el tiempo y la distancia.
Casi me atrevo a sugerir entonces que tú sientes casi como yo
Con ese palpitar de caricias retenidas
pero siempre anhelantes por salir.
A darte nueva como siempre entre mis brazos
y buscar los recónditos caminos que tu buscas
y que yo deseo.
Siénteme, lo mismo que yo
erízate también como lo siento yo,
yo se que desesperas por venirte a, mí hazlo,
no reprimas lo que sientes porque al igual que yo
siempre encuentro cosas nuevas en los besos.
No se si es el aroma que desprendes
Lo que perturba todo lo que soy o es el sonido de tu voz cortada,
por esos estertores que te surcan,
lo que me hace sentir que estoy en vilo con esa cuerda que me une a ti.
Ahora, siento que todo está tranquilo
Que ya se han despeñado Los deseos
y que la angustia de esperarte
Ya ha llegado.
Que todo es placidez y día tranquilo
En ese calendario de emociones
Que tu cuelgas tan displicentemente
A todo lo largo
De tu bello ser.