Y dejó esparcida en su breve estancia
gemidos y suspiros que palpitan
tal vez ahora, con más elegancia
porque en cada sueño resucita.
Naufragio de pesares han sucumbido
dejando atrás cielos sin estrellas
dejando atrás lo ya vivido
tras la puerta del olvido que se cierra.
Contempla ahora con ansias soñadoras
desde su ventana, los colgantes helechos
mientras palpita su corazón a toda hora
y renueva la emoción que hay en su pecho.
Escapó del dolor sin dejar evidencias
de deseos ciegos y pasiones mudas
y en su alma brotó la verdadera esencia
de su bella mirada que fulgura.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero. Derechos de Propiedad Intelectual Reservados bajo el Número 1302014522448