Qué tendrá el sopor de los troncos,
que en sus silencios callan los maderos,
tantas palabras en la guillotina del mutismo,
esperando el metal con pecho de filo,
para convertirse en frágil tegumento.
Quedará el eco tendido en el lecho de trizas
sobre un espejado vidrio de lamento,
o verterán las cascadas de suspiros
caída libre sobre el manto de tu onírico regazo.
Grito, es la catarata que en su estoque
libera al río del autismo en alas de Pegaso.
Secreto, es el color de las piedras ocultas en lodo,
el murmullo cohibido en el piélago de tu boca.
Arcoíris, es la oda que se funde en papel y espejismo.
Tiempo es el líquido libado
de un tirano desconcierto, cauces de veloces caracoles
que dejan su baba de imborrables recuerdos.
Alas, son las promesas de mariposas,
sépalos, son esas rosas muertas en el intento
por mantener la belleza más de una primavera,
por regresar otra vez, como yo, a tu encuentro.