Perdido en este valle de lujuria
sin más remedio que socavar en la demencia,
he de irme sin más equipaje que mi sonrisa
hacia aquel mundo de aventuras
llamado amor.
Rujo de delirio,
me estremece el imaginar
los alcances agigantados
de este sentimiento,
mutuo,
perfecto…
Amo cada segundo de este viaje
que me lleva directo hacia mis sueños,
mis deseos,
viaje de desprendimiento
ante todo lo que creía felicidad,
me lanzo en este abismo infinito de mañanas alegres,
tardes de ocio entre paisajes
y caminos de ensueño.
Amo reír contigo
y ver pasar la vida sin más afán
que el de un beso infinito,
sin más despedidas
que un crepúsculo tomado de tu mano.
Amo ser ese alguien que te acompaña
en este desenfreno de alegrías,
y que tu amada mía,
seas mi ángel guardián
en este torbellino que es la vida.