No me gustan las almas silenciosas.
No me gustan las almas silenciosas.
Me gustan bulliciosas, alegres, altaneras,
Que digan lo que sienten, que no guarden rabiosas
La injuria que con saña el zafio les profiera.
No me gusta la gente marrullera y tramposa.
Me gustan las personas decentes y frenteras,
Que a la vida se enfrentan valientes y orgullosas
Y para todo tienen actitudes sinceras.
Y es que soy de esos hombres forjados en la hoguera
Donde ser responsables y respetuosos, era
Condición sine qua non para ser buen humano.
Quizás por eso nada dejare cuando muera
Pero a mis hijos dejo mi enseñanza postrera
Que si no es con respeto y amor, no den la mano.