Ya no soy el paisaje
que habita en tu voz,
ni esa pluma salvaje
manchada de amor.
Ahora emborronaste
con desilusión
al arrugado parásito
de mi corazón
que ha dejado de ser
para ti
la amapola del campo
que te sabe a mi.
Me cae de repente
tanta soledad,
sobre mis hombros
fríos,húmedos
de llorar,
los muros del mundo
me sepultaran
el tiempo en mi boca
dejo de pasar,
tus besos en mis labios
se volvieron de cristal,
frágiles y desnudos
a punto de volar.
Voy como puedo
deshojando la paz,
con pinceles de sueños
retocando el contorno
de la libertad,
para resucitar
siendo tu eterno mar.
Aquí me tienes
aquí voy a estar
con las alas puestas
donde el sentimiento
volverá anidar,
tratando de alcanzarte
donde no puedo llegar
a ese cielo de estrellas
donde tu piel esta,
a la orilla del tiempo
donde el tiempo
no llega jamas
porque somos
dos gotas de lluvia
que el viento
mueve al pasar.
Ya no soy esa mirada
que recorre tu andar,
ni esa playa
dormida
entre la eternidad,
yo no soy el olvido
que quiere olvidar,
ni esa huida
prendida
en algún lugar.
No puedo ni quiero
aunque nos separe
la muerte
dejarte de amar,
si te llamas amor
y me vienes a buscar
mi corazón deshilachado
te lo quiero entregar
y mi vida detrás.
Ana@ocaña