Yacía ella muy triste
hundida en su soledad
él le brindó palabras de aliento
y ella,
… ella sólo se vino a ilusionar.
Se han callado los pájaros y los relojes,
oídos sordos, silencios tenaces
…y le hieren
Se cubría de hierba enmohecida
le avergonzaba el haber errado,
el equivocarse,
escarbaba la tierra
como queriendo esconder su pena
No era culpa suya…
Ella,
… ella quiso llegarle hasta
donde nadie llegaba
se creía indispensable
y él… la mostró indiferente
no era culpa suya…
ella arranco de raíz su amor
y todo se lo entregó
para que el pudiese jugar
Remolinos de polvo que se levantaban
en ese hueco del alma
donde el después nunca existió
…¡todo pasa tan de repente!
Que decidió discernir
untarse los labios de savia
y lubricar sus raíces y seguir.