Hoy tengo ganas de pensarte.
Concentrar mis mejores esfuerzos en el antes y el después
de nuestra primera mirada.
En el sorpresivo encuentro aquella noche de desencuentro.
En tus lágrimas enamoradas del desamor.
En tu inteligente poesía que embriaga con copas de nostalgia mis solitarias noches.
En tu solemne caminar que atrapa hasta los aleteos del colibrí.
Y en ese sepulcral silencio que esconde tu esperanza tras los oxidados barrotes de la desesperanza.
Hoy, como ayer, como muchos ayeres, tengo intactas las ganas de pensarte.
David Ochoa
Barinas, Venezuela