No es manifestación ni huelga el presente bicolor,
Es aquel recuerdo grato de tu incendiaria pasión,
Y la noche, cómplice y espectadora de nuestro amor.
Rojo el atardecer que sobre el mar se extendió,
Negro el dolor profundo que tu ausencia provocó,
En olas de desconfianza tu amor pronto naufragó.
Púrpura el íntimo beso en prodigioso rincón,
En oscuridad deslizo mi diestra que te horadó,
Y tu débil resistencia que en el fuego claudicó.
El carmesí que vestía tentadora desnudez,
Se me transformó en negrura que envolvió mi tosudez,
Hoy solo recuerdo tengo de un amor que breve fue.