Si tan solo recordara el día
en que me viste llegar
tal vez fue
una de esas tardes sin memoria
en que el invierno
rasguñaba una larga tristeza…
Nunca esperé
lo que tu presencia causaría en mí
sobre todo
que cuestionaste mi largo destierro
y que abriste grietas
en mi omnímodo y orgulloso silencio…
Y no puedo remediar
que seas así de sincera y honesta
tan categórico y radical
como la verdad que nace del corazón…
Y porque me quieres
aprendiste a convivir con mi dolor
y a tolerar ese caos que vive en mí
que no me deja quererte como debiera…
Pero como ves
a veces esto parece una locura
y la sensación es que no podemos vivir
sin que no podamos evitar
que seamos amantes.