Tu cola de sirena me dice que eres tersa,
la piel de mis labios retrata en tu silueta,
la respiración de mi suspirar te inquieta,
el calor de tu cuerpo a mi calma enerva,
la boca de tu corazón me agita su selva,
dos cuerpos se reconocen, nace la meca,
el tiempo es segundo, el segundo acerca,
la distancia se acorta y reclama la meta.