Aún estando cerca del amanecer,
Pronunciar tu nombre me ha de desconocer,
Puesto que en la inmensidad
Se me va la realidad,
Realidad que vivo a través de tus ojos,
Olvidándome de los otros,
De la instancia de las cosas de ningún lugar
Y que algunos llaman hogar.
¿Cómo llamar hogar al vacío?
¿Acaso no han visto tu figura
En la floresta del rocío?
De tantos días en mi descuido
No sé si estar aquí
Es estar contigo,
Sí así lo fuera rogaría al cielo tu presencia,
Para iluminar la ausencia
De la razón y la ciencia.
Quiero descubrir tus labios,
Como los demás cantaron en ellos,
Haciendo de tu porte
El de sirena de mi mar.
Los manantiales del día
Me poseen y me dan melancolía.
¿No sé si pensar en ti es atraerte a mí?
O ¿Si solo debería soñar?
Al desnudo de este cuento
Me incorporo en el cuerpo
De un momento inoportuno
Que me robo tu suspiro.