¡En mi rostro se notan los años que se han ido
y se notan los años que han llegado;
y me da un toque de sal y de abatido,
como un barco que los mares ha surcado!
¡Los potros negros que van en mi cabeza,
en su tropel se han vuelto blancos,
ya no corren con la misma ligereza,
ni pueden brincar sobre los bancos!
¡Las dos ventanas de cristalinas cortinas,
ya se llenan de neblina con constancia,
impidiéndome ver a la distancia,
el rostro de la gente en las esquinas!
¡La casa de moler en espirales,
con frecuencia retarda los pedidos,
haciendo enmohecer a mis pedales,
causando al transitar hambrientos ruidos!
¡Los postes encagados de cargarme,
ya les noto un desgaste sensitivo,
ya los doctores quieren desarmarme,
pero no le hallo nada de atractivo!
Sin mbargo no estoy triste,al contrario,
es privilegio tener cabello blanco;
es una bendición mirar a diario,
y poder caminar aunque no salte un banco.
¡Con respecto a la casa de espirales,
que con constancia retarda los pedidos,
es donde he digerido los tamales,
que en toda mi vida me he comido!
Autor:Bernardo Arzate