han-jael

Triste

 

No me gustaría buscar y no encontrarte.

Hablar sin que respondas.

Decirte del dolor que tenerte lejos me causa

porque sé que apartaras de mí tu mirada

y volveré a ser aquello que nunca he sido

y que contigo fui.

 

Si de nuevo me ignoras

ni la brisa de tu propia partida

va acariciarme la mejilla

lacerada por mi mansedumbre

y como de costumbre

me hundiré en esta soledad

que dejas por tu indiferencia,

 

añorando esos días

en que amamos sin descanso

y sin consciencia

y me reflejaba en tus pupilas nadando

en tus tatuajes que fueron mi delirio;

pero hoy eres en mi vida el mas duro martirio.

 

Has condenado a mis ojos

a beber sus lágrimas amargas,

a mis labios a reprimir suspiros y besos

y callar “te amos” indebidos

que a ninguna otra persona

diré jamás.

 

Me abstengo de buscar

y decirte mi dolor

pues no responderás

si comienzo a hablar.

 

Quizá he de esperarte

porque olvidarte,

Ave, eso, es imposible.

Anhelaré por siempre

ser contigo lo que nunca he sido

y desde que me dejaste,

por orgullo, Alma, he fingido.