En el rosal del edén celestial hallé tu sonrisa
acorazado de ternura y dulce fragancia,
destilando esperanza, entre sonrisa y risa
que la naturaleza se dignó para tu elegancia.
Cantando suspiré aquella fragancia que destilabas
en el rosal que anidó mi corazón para amarte,
saltando entre claveles y tulipanes me cantabas
cadencias eternas del corazón para recordarte..