Corazones rotos, eterno clamor,
sueños caídos, una letanía,
van suplicantes, eterna agonía,
de rodillas, piden perdón a su amor.
Celos enfermizos, al amor cegó,
dudas implacables, todo destruyó,
hoy solo hay vacío, la pasión huyó,
a un amor sincero, el dolor anegó.
Más nada queda, de esa bella ilusión,
que un día ser fieles, juraron a Dios,
una eternidad juntos, una pasión.
Un amor, celos, lágrimas sentidas,
son mudos testigos, toda una vida,
de lo que pudo ser y no fue, heridas.