Fotografía de Vicente Aguilar García.
Padre mío,
nuestros ojos tienen lágrimas
apiádate de nuestro dolor,
ten compasión de nuestro llanto,
sangre derramada de nuestra pena.
Su alma purifica, habré las puertas del cielo
para que pueda vivir eternamente
y sea uno de tus elegidos.
A nosotros entréganos consuelo,
concédenos el aceptar tu voluntad
ante la ausencia de nuestro ser querido.
Supo vivir su vida, entregando lo mejor;
Llenando de dicha nuestra alegría,
cobijando la pena de nuestro afligido dolor.
Nos demostró, como uno tienen que continuar
en el tiempo; Luchando y aferrándose a
la existencia que hoy tenemos.
Yo... yo no estoy conforme;
Acudió a tu llamado, se marchó sin un adiós,
prometiendo una plática necesaria
entre los dos; Y...
Solo guardo su cálido abrazo,
nuestras entrelazadas palabras sinceras.
Fue tu voluntad contra mi plegaria,
que te costaba dar más tiempo;
Para recupera los momentos
que se quedaron vagando,
en el hueco de mi incertidumbre.
Tío; Mi sangre,
nada tengo que perdonar,
fuiste mi fuerza y hoy continuaras
siendo mi fortaleza, hasta pronto, CHENTE.
Dios perdón por mi osadía,
es mi frustración por no poder
estar cerca de él;
El destino no dio tiempo
la existencia se fue y
la vida partió detrás de ellos.
Magali Aguilar Solorza
(Quiet Night)
Miércoles/Febrero/17/2013 10:13:57am
Autora mexicana