Doy vueltas como un trompo
por la esquina de tu casa,
la penumbra dice que no estas
y la soledad me baila en los ojos
anunciando un temporal de lágrimas,
pero mis labios se aprietan uno al otro
y el corazón no halla calma,
soy un manojo de nada
esperando inmóvil en un apartado
de la carrera mientras la noche
asoma y la lluvia no concluye.
Dónde estarás a estas horas de la tarde
cuando la confusión inevitablemente se anuncia?
Te pido si me ves tras la rendija de tu ausencia....
Vuelve conmigo.
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