¿Quién es el mortal que acaso en tus maravillas
podría lograr el sueño por mi tan añorado?
Aquí me tienes, me encuentras para ti chiquilla.
Aquí estoy, nunca me podrán quitar de tu lado.
¿Cuándo marcarán el momento, las manecillas,
las que indiquen ese tiempo mi alma esperando?
Tantas noches y sueños trenzados con arcilla
que es ahora tus labios me deberán ya besado.
Te aprecio en cada momento único que existes,
te venero por cada luz de la que me invistes,
si dejara de quererte, no tendría mas calma.
Es que me dejas cautivado por el desearte,
me tienes obnubilado cual hechizo de arte,
¿no son razones mas que suficientes para ti, Ana?
Esa juventud que te circunda siempre premia,
esa belleza lozana de tu piel tan bohemia,
todo lo que te rodea te hizo y hace mi dama.