Anoche dormí tus sueños,
reposé mi cabeza en tu almohada…
me impregné de ti y soñé tus sueños.
Soñé un camino de palabras
en tierra encantada,
los arboles de poemas
y el sol una diadema,
el viento no era viento
sino pétalos que acariciaban…
y te rodeaban invitándome a un baile.
Habían gigantes, hadas y enanos por doquier
la noche no existía
sólo el amanecer de oro, rojo y purpura.
Anoche soñé tus sueños,
reposé mi cabeza en tu almohada…
y desperté en tierra encantada…
que sueños tan hermosos
¡son los sueños de mi hijo!
Quiero volver a vivirlos y soñar sus sueños.