El sufrimiento nos hace fuertes,
el conocimiento grandes,
cada lectura es nuevo universo
al que se viaja sin regreso
y cada aventura
es un pasaje hacia un nuevo mundo.
El ser humano no cambia,
evoluciona,
da saltos de un mundo a otro
dentro de su orden personal,
se afilia a nuevas creencias
y reconoce errores que le cambia de por vida.
No es el mismo aquel que vive sin ataduras
reconociendo su eterna ignorancia
ante un mundo de ideas y experiencias infinitas…
Vivir, creer, dudar,
amar sin importar las consecuencias
y reír hasta el cansancio,
soñar sin temor a los fracasos
han de ser las sendas
que forjan nuestro ánimo.