nelida anderson parini

OASIS DE PERFECCIÓN.

Su telaraña tejía

una araña vanidosa

con puntada cuidadosa

en la horqueta la extendía;

teje y teje todo el día

hila sueños en su  mente,

teje casa como un puente

con tramado sin igual

le da forma hexagonal

para hacerla resistente.

 

Una mantis religiosa

en instante de aflicción

elevando su oración

clama al cielo temerosa;

se halla mantis muy nerviosa

escondida tras matón,

de lorito rebuscón

que hurgando está entre las rosas

junta el ave algunas cosas

para darse un atracón.

 

Doña Mosca está afanada

con esponja y detergente

con empeño diligente

quiere quedar bien bañada

y aunque el agua está algo helada

saca su labor completa,

porque la mosca coqueta

va de compras al mercado

piensa conseguir pescado

para hacerlo en vinagreta.

 

Al pie de la callejuela

la señora Mariquita

levantando su patita

se despide de la abuela;

lleva niños a la escuela

los pequeños revoltosos

toman libros perezosos,

ya su madre retrasada

los regaña acongojada

entre gritos angustiosos.

 

Mariposa la maestra

va volando a la cocina

toma dulce golosina

y la cuelga pata diestra;

carga a diario ración extra

porque nunca falta alguno,

que no tome el desayuno

y en la clase se lamente

hasta quedar transparente

en momento inoportuno.

 

Suena el mosco su sirena

en llamado apresurado

corre grillo retrasado

con premura que da pena;

al final en puerta frena

su carrera  aquel grillito

y con espanto inaudito

estalla en risa nerviosa,

seria mira mariposa

al condenado mosquito.

 

Aserrando tronco viejo

han iniciado trabajos

robustos escarabajos

de puntiagudo entrecejo;

un comején que perplejo

supervisa en su escotilla,

llama enseguida a cuadrilla

para darle indicación

de cortar con precaución

una peligrosa astilla.

 

El jardín resplandecía

como todas las mañanas

efervescente de ganas

en mil trabajos hervía;

su gentil algarabía

matizada de colores

transpira en dulces olores

su exuberante hermosura,

humedeciendo en frescura

las corolas de las flores.

 

Todos despiertan contentos

de su vergél orgullosos

inician día dichosos

a sus trabajos atentos;

cada quién con sus talentos

y según sus acomodos

aporta según sus modos

fraternidad que rebasa,

si teniendo edén por casa

sabe Dios cuidar de todos.