Beso viajero
Se me secan los sueños
como perro sin dueño,
que anda por los caminos
de la vida
vagando y en soledad.
Busco entre mis recuerdos
las caricias caídas
y sólo encuentro
entre los marañas de mi alma,
el retrato de mi vieja orfandad.
El aire me besa como besa a la mar,
pero mis aguas no sienten
la primitiva ternura,
pues solo sueña con el beso viajero,
que partió una mañana sin nombre,
dejando sus labios pintados en mi alma
que ni el tiempo viajero
puede borrar.