Hector Adolfo Campa

Tu nombre...

Tu nombre…

¿De qué está compuesto?

A veces creo que de letras,

De sonidos,

De un idioma inconforme.

 

Pero descubro con el día a día,

Que es algo más simple,

o complejo,

Pues lo veo en lo sublime,

Y hasta en el gris espejo.

 

En los sonetos,

En los arboles que danzan con el viento,

En los suspiros,

Tu nombre envuelto viaja discreto.

 

A veces te descubro Impresa en mis besos,

En el café nocturno, En el cigarrillo muerto,

Ahí, ahí se encuentra tu nombre.

 

Cuando me encuentro nublado, Lloviendo,

Con la melancolía desgarrando el pecho,

Van tus iniciales bordadas al diestro.

 

A veces, descubro la noche estrellada,

Y con sus luces tirito de frío,

me encuentro buscando de nuevo,

Todo lo que forma tu titulo.

 

Tu nombre,

Tan puro, perfecto e incontenible,

Tan acrisolada y sublime;

Esos caracteres,

Que me cambian tanto,

Con los que tranquilo me arrastro.

Simple, tan simple.

 

En el vacío,

En las flores,

Tanto en abundancia,

Como en carencia.

Ahí te encuentro, Hermosa.

Incauta, así como te amo,

Codificada en mí canto,

La melodía con apellido de musa.

 

¡La vida misma!

Todo lo que importa,

Lo que trasciende,

Cada molécula,

Cada estructura,

Mi subconsciente,

Lo que mi mundo mueve,

Todo esto es simplemente…

Tu nombre.