Piedras tiré
al estanque,
haciendo sapitos
llegué hasta tres
y luego un
animalito se acercó.
Me miró con
cara extrañado...
-¿Qué hacía con tantas
piedritas en la mano?-
A mi manera le
dije que era mi
forma de matar
el tiempo...
Otras era tejer
y otras veces
bordar sábanas
con nuestras
iniciales...
Ajuares que se
hicieron realidad
cuando estuvimos
tan cerca de los
suspiros...
Estábamos predestinados
el uno para el otro y
fue tan lindo...
que siete años
duró.
Luego vino
el tedio, la rutina
que abismaron
nuestras almas
que no supimos
de más tolerancias
ni licencias...
nuestro amor
había expirado.