Ahórrame la sed que me marchita
y deseca en deseo al sentimiento,
cuando no halla de ti consentimiento
cada vez que el anhelo lo amerita.
Reserva para mi dicha infinita
que acumula el total desprendimiento,
sin que medie objeción en pensamiento
cuando el alma emociones acredita.
Inúndame de amor amado mío,
achica en corazón la incertidumbre
que propulsa intuición en desvarío,
afinca éste sentir con mansedumbre
sitiando con ternuras albedrío...
sepárame de ingrata pesadumbre.