Tu aire es menos denso
cuando te respiro en los sueños
de mis tiempos despiertos.
Tu aire y la rigurosidad de vivir exhalando
los centímetros de amor que nos quedan
en un corazón que vuela al vacío
de sus miles y diminutas respuestas.
Respuestas para desviar la boca
de la vida que nos se encuentra,
y que nos hacen beso
en las mejillas oxidadas de un olvido sin rostro.
El olvido y su forma absurda de esquivar
el nombre imaginario de su memoria.
El recuerdo de una persiona pendulando
el irrisorio cadáver del viento
es una foto imaginaria
que nos obliga
a pintar de cielo, la mirada en sepia.