Es absurdo buscar siempre un nuevo camino
si solo el conocerte me ha mostrado este sino
de vivir y vivirte, en cada paso, en cada latido
y por cada resquicio de mi corazón te agolpas.
Si conducen solo a la Roma todos los caminos,
¿será que el mío por tu loma se habrá perdido?
Con gusto habré de nadarlos en el cielo cautivo,
buceando tus labios rojos que al besar asoman.
Preguntarme seguido para sentir esto que vivo,
recordarlo en cada segundo para aún seguirlo,
amar lo que hay cuando tus flores pisan el nido,
todas y cada una, emociones que mi ser colman.
Ay, amor mío, que mientras tus letras escribo,
porque ellas te pertenecen desde que te concibo;
es y será sueño de noche como sol de día divino
los aleteos del Cupido cada vez tus ojos arrojan.