En una pradera aislada (del corazón amada),
estaba tu naturaleza tendida (sobre mi alma),
mostrando cada señal de vida (que percibía),
la madreselva de tu piel hablaba (acariciaba),
los duraznos de tus pechos latían (se abrían),
cocuyos por tus ojos danzaban (me guiaban),
pétalos de tu boca se desarmaban (los quería),
el valle donde oculta esencia crecía (reclama).