rodulfogonzalez

LECHOSA

Con tu amor y con mi amor, amada, sembramos en nuestro liliputiense huerto una simiente de lechosa que nació, creció y fructificó.

            ¡Con cuánto amor la cuidamos hasta que se hizo esbelta!

           Luego llegaron las flores, blancas cual las de azahar del  naranjo.

Y después sus minúsculas frutas que vimos crecer, lentamente, como a   nuestros hijos.

¡Cuánta felicidad, amada, después de muchos intentos frustrados!

¿Son estas frutas, ahora verdes, pero más tarde amarillas, cual el oro puro, las flores que a mí me encantan y los rayos del sol, un premio vegetal a nuestros desvelos, cuidados y perseverancia?

¡Bendita lechosa de múltiples nombres!

¡Bendita lechosa que embelleces  nutres y sanas a las personas sin pedir nada a cambio, ni siquiera agua en abundancia ni tierra abonada¡

¡Bienvenida seas a mi huerto y el de mi amada!