"En mi vida hay episodios tristes o bellos,/ cielo e infierno se parecen tanto hoy,/ que al morir y estar en uno de ellos,/ quizá ni sepa dónde estoy"
Al diablo toda esta tranquilidad de hoy,
nervios, al fin les ha llegado el gran día,
para averiguar bien de qué estatura soy
y si sirve de algo en verdad mi energía.
Al diablo se irá mi estabilidad, de una,
fuera de dominio, fuera de mi control,
ya no sabré por qué rayos sale la luna
ni podré entender por qué brilla el sol.
Es el día de caer, perder donde batallo,
de verme en el suelo sufriendo derrota,
de ver hoy cómo sufro aunque me callo,
porque hasta en el silencio se me nota.
Cuenta regresiva para que me derrumbe
y ya no quede de mí ni un pedazo sano,
que por la vía del fracaso me enrumbe
y que nadie se anime a estrechar mi mano.
Era el momento, mi corazón fuerte latía,
contra reloj tantas cosas habían en juego,
tanta gente de mi capacidad dependía...
y sentí mucho miedo... para nada lo niego.
Parecía estar al borde del colapso total,
cuando el final feliz nunca nos alcanza,
la cuenta regresiva llegando a su final
y yo cada vez más lejos de la esperanza.
Pero no fue como pensaba, todo se detuvo,
lo que parecía no lograr ya se hacía posible,
tristeza no sentí y derrota jamás la hubo,
el destino esta vez no fue tan predecible.
Logré salir adelante, resolver por mí mismo,
cuando la cuenta regresiva ya llegaba al cero,
estuve a tan sólo un paso de caer al abismo,
pero entonces me dije que caer así... no quiero.
Y asumí el total control de mis emociones
y mis manos muy seguras volvieron a ser,
terminé cumpliendo a cabalidad mis funciones
y tomando experiencia para ya no recaer.
Hoy comprobé que soy de estatura alta
cuando el compromiso requiere que lo sea,
que si acaso algún recurso un día me falta,
no caeré vencido aunque el mundo así me vea.
No resultó hoy el día de mi peor caída,
ni el día de mis tristezas, de mis desgracias,
hoy haré una canción para cantarle a la vida
y buscaré a Dios para darle las gracias.