Colores delirantes,
hojas muertas en la mente,
la piedra que se ríe,
locuras en el vuelo de las aves,
el grito de la Vieja,
el borracho que me insulta,
dolor en la piel,
la gota de sangre,
cansado, oscuridad,
todos me miran,
me escondo en las sombras,
la voz de los Otros,
el perro se aleja,
tierra sobre el cadáver,
errantes que me nombran,
la noche que termina.
**
La señora barre la calle,
¡pobre! refleja la muerte,
ya ni saluda,
nada es como antes,
todo desaparece.
¡Mi cabeza, Dios…!
Venas descoloridas,
la ventana azul,
una gota cae,
el cielo melancólico,
garganta seca,
vergüenza en el rostro,
algo se esconde,
siento que respira,
un jugo, un cigarrillo,
no quiero salir,
tengo miedo,
temblor en mi alma,
¡Dios, todos me miran!
***
La fiebre, sudor,
pasajeros marginales,
ojos de seres inmundos,
el perro tiene un siglo ladrando,
el vecino de la otra habitación acaba de llegar,
el universo me ahoga,
hormigas en mi espalda
no quiero leer letras negras,
¡Por Dios, no soporto otra inyección!
quisiera dormir, dormir…,
y no despertar.
Rosas sobre mi piel,
las maldiciones eternas,
aguas bajo la cama,
ansias, náuseas,
vida que se apaga.
****
¡Cuánto peso he perdido!
No reconozco mi rostro enfermo,
con razón ya no vienen a verme,
no quieren ver la mirada de la muerte.
Ya casi es la hora de las batas blancas,
la vecina terminó de barrer.
Esta habitación no es tan desagradable,
tiene un pequeño ventilador en el cielo,
un televisor, una radio, miles de jeringas...
y un hueco al infierno debajo de mi alma.
Cariños que se han ido,
leves suspiros en el aire,
olor a enfermedad,
frío tenebroso, casi verde,
aroma de amigos perdidos,
acero muy fino…,
mortal veneno…,
dioses que pierden.
*****
El silencio se acelera,
están tocando los seres,
creo que han llegado,
es ella, la mujer de la bata blanca,
me sonríe: "¿cómo le va al consentido?",
"¡bien, pensando en las cosas bellas de la vida!"
--Yo pienso en su muerte--
" así me gusta, mente positiva...,
sentimientos de esperanzas".
No puedo apartar la mirada de la jeringa,
ya no tengo valor,
le miento a ella con mis labios,
sé que al final será lo mismo.
Ella responde,
como si fuese la otra señora…,
ustedes saben…,
La Vieja…,
"¡caramba, se ve mejor!".
Las jeringas volverán siempre
entre sus manos blancas,
“chao, mi vida…
nos vemos mañana…”
La estaré esperando…,
escondí una aguja para ella...,
la estaré esperando…