Loor a los campeones de la mente y del esfuerzo
que en la honrada lid y en la palestra,
sus fuerzas midieron con ardor en el combate,
superando tenaces adversarios que sucumbieron
ante el arrollador empuje de sus ánimos.
Inclinando la descubierta frente, rindamos homenaje
a su ardentía, su valor, tenacidad e inteligencia,
porque en los campos del esfuerzo físico y mental
lograron lo que para quienes atrás quedaron
sólo fue ilusión, quimeras y vanas esperanzas.
De lauros corona depongamos ante ellos,
de áureo metal una medalla a su pecho suspendamos,
emblema de la virtud y el heroísmo, de la fe y de la paciencia
y que su ejemplo no sea estéril, sino que el mañana,
una pléyade de atletas y de sabios quieran imitarlos
y en la honrada brega puedan llegar a superarlos.
Alcemos en su loor la rebosante copa en brindis de calor,
en fraternal abrazo fundamos nuestro júbilo,
que el pujante corazón palpite junto al nuestro,
para que nos deje sentir su ardorosa juventud.
¡Honor y gloria a los que luchan!
¡Honor y gloria a los que triunfan!
¡Honor y gloria a los que se superan!
¡Honor y gloria a la sana juventud!