Poethas

Sentir sus manos

Sentir sus manos recorriendo las mías era, ay Señor,

un canto proferido con ternura pero a la vez pasión­;

era como un montón de corazones latiendo su motor

pero haciendo resonar con mayor fuerza mi corazón;

los dedos se esfumaban bajo pinceladas de atracción,

cada palma era un océano abierto dictando su razón;

sentir sus manos, vivirlas en cada trazo era, ay Señor,

sentir que todo se funde, el pasado y el futuro en hoy.