Para Myriam
Esposa mía nunca has sido,
eres mi cadena de libertad.
Esposa me has liberado,
estás más allá de mi esclavitud.
No me gusta cuando callas
porque no quiero tu ausencia,
porque tu verbo no me toca.
Si te prefiero silente, distante,
solo es para palpar tu latido.
Esposa, eres alma de mi alma.
¿Tendrás mi postrer suspiro?
Que el sino no quiera, puede ser,
tal vez, que yo recoja el tuyo,
preferiría asì morir tres veces.
No te ausentes, solo recógeme,
querré dormir callado en tu seno,
Pues he tenido la dicha, contigo,
de ser hombre e hijo dos veces.