Quiero ser dulce veneno a tus sentidos,
que al escuchar mi voz te robe una sonrisa,
y cuando leas mis poemas con tinta de luz de luna
se queden tatuadas en tu alma y en tu corazón.
Dulce veneno quiero ser a tus labios
y a donde fueres anheles volver a besarlos,
poder darte los buenos días cada amanecer
y darte las buenas noches bendita mujer.
Dulce veneno a tus ojos, tus pupilas,
me miras, los cierras y me imaginas,
porque sin morbo de mi mano caminas,
no tardes ya me veo algunas canas,
sin mencionar las ansias y mis ganas.