Que poema te escribo
amado mio en tu día,
si tu gloria es tan alta
que no llega mi melodía,
a rosar siquiera el manto
de tu esplendor y armonía.
Ah, pero tu me inspiras,
me regalas cada día,
raudales de cálidos versos,
para que escriba poesía,
exaltando tu grandeza,
mi fiel y sublime guía.
Es de mi vida el sustento,
la gracia que me prodigas,
mi estandarte es tu ley,
y tu amor el que me cuida.
Amado en este tu día,
que mas te puedo decir,
con palabras tan efímeras
que un mortal pueda escribir.
Solo pido de tu unción,
un poco para mi vida,
que me prepare Jesús
para esperar tu venida.
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