Llevo días sin fuerzas ni aliento
Mire a donde mire todo lo veo negro
Y no lo escribo por escribir, es mi silencio
El que esconde mi perfil, sin talento...
Si pudiese salir de mi mismo y ver mi tormento
Quizás podría cambiar el rumbo de mi velero
Sueño que inspiras mi visión, mi alma y mi verbo
Mis retinas Divisan para mí, el luto de mi velo...
Sensaciones ocultas que descubren este texto
Débil en literatura y fuerte en mi cerebelo
Historias que surgen entre mis días, con respeto
Y no hay cuento es verídico, es mi duro desvelo.
¿Por qué camino por este poblado noctambulo?
En noches de lunas y días de un fuerte sol,
miro las horas mientras soy poseído por mi sueño
Y al despertar sólo recuerdo ofuscación y calor...
Vuela el águila libre por los montes de, tierra y cielo
Sentidos que traspasan la visión y las olas de viento,
Haya por el místico silencio, supura la llaga de mi verso
Sueño despierto en ser un día feliz, sin ningún tormento...
Siempre ahí y un socavón donde menos lo esperamos
Y nos arrastra el dolor de esta yaga, a los infiernos,
Del padecimiento por esto, tan sólo unos gramos
De sonrisa, nos regala gracia y nos lleva a días tiernos. ¡Sin la caricia del amanecer y sus románticos besos, no existe el amor, la ternura y su caricia!
Modesto Ruiz Martínez/sábado, 23 de febrero de 2013
Enviado desde mi iPad