ORACIÓN
Un silencio suena y callan las voces,
y surgen las notas que las hacen callar.
Muy nocturna se pone la mirada,
mientras en mi cama empiezo a orar.
Una vez más me pregunto, si Dios me ha de perdonar,
y ojalá me perdone un día y me haga olvidar.
Quisiera dejar de hablar tonterías,
quisiera dejar de inventar.
Quisiera mi Dios, un día, volver a orar.
Quítame mis horas de sueño por favor,
y quítame la pereza que llevo dentro también.
Mi Dios, hoy te quiero hablar.
Mi Dios, hoy quisiera volver a orar.
No quiero más estas sombras conmigo,
siento mucho frío y siento dolor.
No quiero más estas voces escuchar,
pues sólo quiero volver a orar.
En nada encuentro consuelo,
ni en el alba, ni en la noche o madrugada.
Ni en tus palabras que ya no leo,
pues soy un triste y abandonado armero.
De rodillas quisiera ponerme,
y hablar contigo cada vez más.
Y mañana quisiera tenerte
en mi voz cuando vuelva a orar.
Y sé que pronto estarás conmigo
porque hoy te quiero hablar.
Y sé que mañana estaré contigo
en mis sombrías noches cuando vuelva a orar.
Martin Ruiz Díaz Díaz.
12/septiembre/2011