Bastante más allá
de un carrusel inmenso de palabras.
De millares de páginas
que resguardan extensos diccionarios.
Bastante más allá
de formas técnicamente correctas
de porte convencional.
De los precisos y acertados tonos y timbres.
Del pálpito de las pausas prosaicas
y de métricas rígidas
que con su clasicismo encorsetan.
Bastante más allá
de cualquier por qué que encierren temáticas;
De pastos prolíficos
o de desiertos abundantes.
Más allá, de áridos veranos
que calman los fríos del invierno.
De frutos y flores primaverales,
o de hojas que se aprestan a hibernar
cuando caen y crujen en otoño.
Bastante más allá
de un manantial incesante de lágrimas
que recalan rebosando
desde nuestros sentimientos.
Que incontrolables surgen desde nuestro interior.
O de un rebaño de sonrisas que balan
junto a delatores cencerros.
Bastante más allá
de trasfondos que recortan la imagen
al provocar contraluz,
o de la suerte aquella que recae;
nítidamente, irisando paisajes.
Bastante más allá:
De un encuentro o de una pérdida.
De un parto o de un bautizo,
De un velatorio o de una enfermedad,
De Melchor, Gaspar o Baltasar
o del más terrible dolor
o la mayor de las insufribles condenas.
Bastante más allá;
de los coeficientes de inteligencia
o de una naturaleza que atisba la idiotez.
De la responsabilidad o la incoherencia,
del olvido o la memoria,
de la invisibilidad o la materia.
Bastante más allá,
de todo y más que esto,
se halla: el digno hacer
que, gastando tinta o yemas,
impregna de hermosura
las verdades de los tiempos;
aquel hacer que responde
a la musa y alma de poetas.
318-omu G.S. (Bcn-2013)