El bosque esta enredado
en lo verde de mi soledad
busco un ser
que me añada un don:
El don de amar.
La paz es tácita y es todo,
quisiera estar por mil siglos aquí.
Hay pájaros de cristal y un sol
Hay flores que se parecen a ti.
Tú, mi compañera y mi hermana eres,
corramos, la pureza nos llama,
nuestro amor allá, no era humano.
¿Dónde están tus ojos de tristeza dormida?
Extraño tus manos, tus labios silvestres;
no estás en el cielo, nuestro refugio.
Extraño los sonidos de tu sabiduría
tus juegos de niña pequeña.
¿Por qué dices que no nos unirá el austro?
¿ Aquel mundo noble se desvanecerá?
Daré la espalda a la vida, lloraré,
y un final “claro de Luna” oiré en tinieblas.