Lasitud postorgásmica,
inundándome de cigarrillos,
devolviéndome al marasmo
de tu ausencia perenne,
de tu entrega viscosa,
que me burla claudicándome.
Lasitud postorgásmica,
dudándome activo
sobre un cementerio de senos,
frígido y eunuco,
postrado en la pereza
de contemplar los segundos.
Pero vuelves,
con carnaval de erotismo,
progresivo, táctil,
orlado de labios,
nombrado sobre gemidos,
omnipresente.
Kabalcanty©1981