... y el fin de mi solitaria vida devino;
al sostener los primeros días,
ante la comunión y el principio de la nuestra.
*** ***
Resulta exuberante la gracia de tu cuerpo.
La medida perfecta de tus pasos.
Cada una de tus curvas.
Y el precipicio exaltante
que entraman tus adentros.
Pero ante todo, yo... caigo rendido,
me resultan inmensas
las esencias; amables y honestas,
que rebosando desde tu interior
resquebrajan cualquier manto de orfandad
y le dan la mejor de las limosnas
a mi ser; cabizbajo y pedigüeño.
Resulta excelsa por noble,
la tuya ofrenda que,
agota la paciencia de los ocasos
que se extendían interminables.
y salva de la brusca perdición.
Aquella cual me propinaron las peores brujas
con sus más terribles sortilegios;
arrebatándome del camino;
el necesitado descanso,
los imprescindibles silencios.
La elegancia de tus buenos augurios,
repararán en leerla.
Llegará a delatarse;
como la misma savia
que vuelcan los proverbios.
Porque... de la chistera, tú extraes;
un duradero y volátil rocío
que, impregnado de menta desmenuza las trabas.
Un tul reconfortante de colores,
que vuelve chica, pequeña la noche...
si arremetieran furiosas desgracias.
Tu magia me concede el aire como corcel.
Un corcel que galopa,
al desperezarse el vuelo
de un millar de mariposas.
Tu magia: mi tesoro. Me regala
un escenario de huevos de seda.
Con el aire frutal de su abanico,
me ofrenda la dicción para el mañana.
318-omu G.S. (Bcn-2013)