Cuando es hora de extrañarte,
tiempo en cinta del recuerdo,
lluvia en mis ojos pasa.
Y pasa la madrugada y siento
que ella toda es mi casa,
así de ancha, inflamada de luz ida,
oscura.
A ninguna parte voy,
sólo me voy quedando
entre que te pienso encima de mi pecho
o formándome una cruz en la justicia de mi frente
Nada es mi fuga,
tengo una flecha de mi fondo para mi fondo
Que me hiere con su punta de pasada referencia.