Tu recuerdo ensució la noche
que enmarcada en un misterioso laberinto
deambulaba apesadumbrada
como queriendo escapar al derroche.
Más se contuvo por un instante,
de pronto un día al azar vió remotamente
una luz brillar en el horizonte
y unióse a ella para juntas soldar sus penas.
Mediocre timidez
que me impulsas nuevamente al vacío
cuando mi alma está llena de oquedades
si bien sabes que mis desvarios
se deben a mi veleidoso destino.
Y rasgando la memoria
me visitas cada noche
cuando la fuerza del amor es más potente
que el deseo de olvidarle para siempre.
Ma Gloria Carreón Zapata.