Andra

Silencio sordo…


 

Se volvió ante mí  el silencio sordo

abofeteo mi mejilla  dejándola adolorida

le puse la otra  en acto de inercia

inocente al sentir derramando una lágrima

 

Me duele menos  el golpe de tus manos

pues las palabras, se incrustan adentro en el alma

duele y sangra,  aún no cicatriza

la herida abierta que llevo en mi pecho

que dejo tu espejismo...  tu ser anhelante

en inquitas visitas  seduciendo mi calma.

 

Perturbaste y  apropiaste

de mis radiantes mañanas

de mis sueños húmedos,

de noche en la cama

arropada en el velo de la inmensa noche

que solo me lleva  al laberinto indomable

a esa boca que solo:  te aclama  y te aclama

aquella voz… 

que te nombra  y te nombra.